Veintinueve de julio: temprano en la mañana niñas y niños salen hacia el colegio. Los comercios van abriendo. Las calles empiezan a llenarse de ese fuerte tráfico ya típico de todas las ciudades colombianas. Esas calles, por cierto, no están llenas de manifestantes ardorosos sino de gente que sale a vivir su vida cotidiana. A trabajar, a estudiar, a atender sus asuntos. Nadie diría que el día anterior Álvaro Uribe, protagonista de la política colombiana desde finales de los noventa, fue hallado responsable de dos delitos por una juez. Pero que así haya sido, es decir, que el país se levante a vivir su vida tras recibir esa noticia, es testimonio de madurez y solidez: ninguna sociedad debería perder la cabeza ni el rumbo por una persona.
Fonte: https://elpais.com/america-colombia/2025-08-02/no-perdamos-la-cabeza-por-uribe-ni-por-nadie.html